CONSEJOS PARA ENCONTRAR, CONOCER, Y COCINAR LAS SETAS


El otoño es la estación más esperada para los aficionados a la micología. La llegada de las lluvias y la humedad permite la proliferación de setas en los bosques de toda España. La búsqueda de setas está cada vez más de moda, pero antes de ir a recoger setas conviene tener claros varios consejos, para recoger las variedades más exquisitas, evitar intoxicaciones, no destruirlas ni a ellas ni a su entorno y cocinarlas para degustarlas de forma plena. Así se podrá conservar un recurso natural que en algunos casos está en peligro por una recolección y un consumo insostenibles.
1.- Conocerlas bien.
Se estima que en Europa hay unas 3.500 especies de setas, de las que unas 100 son comestibles (de ellas, 15 o 20 excelentes) y unas 35 son tóxicas (de ellas, 5 mortales). El resto son incomestibles o carecen de valor culinario. Antes de ir a por setas, hace falta un conocimiento mínimo para identificar al menos las más destacadas por sus cualidades culinarias, como Amanita caesarea, Boletus edulis, Cantharellus lutescens o Lactarius deliciosus, y distinguirlas de las venenosas, como la Amanita Phalloides, entre otras.
Para ello, conviene ir con un experto, apuntarse a una sociedad micológica, acudir a exposiciones o estudiar algún libro sobre setas. Una regla básica: en caso de duda, por pequeña que sea, no recogerlas. Tampoco hay que llevarse ejemplares inmaduros, viejos o agusanados, ni junto a carreteras, jardines públicos, minas, fundiciones, aeropuertos o incineradoras, porque pueden estar contaminados. Una seta picada por insectos o animales no significa que sea comestible para el ser humano.
2.- Equiparnos adecuadamente
Cuando empieza la temporada de setas, se ve a gente pertrechada de cuchillos de cocina, bolsas de plástico, bastones… paseando tan felices y creyendo que están haciendo las cosas bien. Pues no. Y además, con las últimas medidas legales aplicadas ya en la mayor parte de las comunidades autónomas, es posible que hasta estén fuera de la ley. Os cuento qué hay que tener en cuenta:
a.- Permiso para recoger setas
Como he dicho otras veces, desde hace un tiempo, ya no es libre salir al campo y empezar a buscar setas dónde nos plazca. No. Lo primero que hay que hacer es enterarse de si la comunidad autónoma donde esté situado nuestro “lugar de recogida” tiene reguladas las actividades micológicas y, por lo tanto, hace falta un permiso para coger setas. En este enlace tenéis todos los detalles sobre cómo conseguir un permiso para coger setas. En realidad, no es muy engorroso y además existen formas de pagarlo online y bajártelo incluso al teléfono móvil, con lo que, si aparece un guardia forestal, se lo podrás enseñar sin problemas.
b.- Cesta de mimbre para recoger setas
Sí, una cesta, nada de bolsas de plástico. Me cansaré de repetirlo, porque se sigue viendo gente con ellas. Cuando cogemos una seta y la guardamos en una bolsa de plástico, las esporas que suelta se quedan en la bolsa, con lo que estamos empobreciendo esa zona setera. En cambio, con una cesta, como está llena de huecos y aberturas, las esporas van cayendo y, al movernos, vamos “sembrándolas”, con lo que estaremos garantizando su reproducción.
c.- Navaja para recolectar setas
Una navaja setera no es imprescindible, puedes coger setas también con un cuchillo pequeño. Sin embargo, la verdad es que una navaja especial para setas no cuesta mucho y te proporciona el placer añadido de estar utilizando la herramienta más adecuada.
d.- Mapa, brújula y móvil. Si te desorientas tendrás las herramientas para orientarte de nuevo y llegar a buen puerto. Por último, una guía micológica de la zona donde vayas a recoger setas sería buena compañera.
3.- Evitar la recogida incontrolada y masiva
Algunas de las especies comestibles más populares son cada vez más difíciles de ver. La contaminación, la destrucción de su hábitat o una recolección insostenible las ha puesto en peligro de desaparecer.
Algunas instituciones han tomado cartas en el asunto, con iniciativas como cotos de setas con acceso limitado y de pago y control de las cantidades recogidas, actividades culturales, turísticas o económicas para el fomento de una recogida sostenible, o las lonjas micológicas para compraventa controlada y segura. Incluso hay quien defiende la creación de un carné o un registro que controle a los auténticos aficionados.
4.- Saber cómo recogerlas de forma adecuada
Para garantizar su correcta conservación e identificación, hay que extraer toda la seta con el pie completo, limpiarla lo mejor posible y transportarla en una cesta de mimbre (no en bolsas de plástico, que dan lugar a fermentaciones y putrefacciones y, por ello, a intoxicaciones). No hay que arrancarla con la tierra o la madera donde vive, porque se dificulta que vuelva a crecer.
Además de respetar a las setas, también hay que cuidar su entorno natural: no hay que arrojar residuos, ni hacer fogatas. Además, especies como la trufa, el Lactarius deliciosus o el Boletus edulis forman una relación de cooperación denominada micorriza con el árbol en el que conviven. Si se daña, también se perjudica al bosque.
Una vez en casa, lo mejor es consumirlas lo antes posible para degustar todas sus propiedades. Y si no, hay diversos métodos para conservarlas durante más tiempo, como el desecado, pulverizado, el congelado o su puesta en aceite.
5.- Identificar las mejores zonas de setas
Hay setas en toda España, si bien las zonas húmedas de Castilla y León, Sierra de Gredos y la Cornisa Cantábrica son las más productivas. Un truco para localizar las mejoras zonas es conocer los bosques donde crecen. Las setas prefieren los árboles de hoja caduca porque en su suelo almacenan mucha materia orgánica, así como los bosques con abundante matorral. Alamedas, choperas, olmedales, encinares, castañares, hayedos, robledales o alcornocales son algunos de sus preferidos.
6.- Cocinarlas bien para lograr el máximo sabor
El esfuerzo de recoger las setas se puede ir al traste si no se las cocina en condiciones. La mejor forma de degustarlas es prepararlas de forma sencilla. La parte más aprovechable es el sombrero, que se corta en pedazos para cocinarlos a la sartén, a la parrilla o a la cazuela con un poco de aceite de oliva y sal. Otra posibilidad son los revueltos, o como complemento de platos de pasta, pescado o carne. La web de EROSKI CONSUMER sugiere algunas recetas para chuparse los dedos. Y en este mismko blog  también podrás encontrar varias recetas parar cocinar y degustar tan ricos manjares.