Tradicionalmente
suelen asociarse las setas con el otoño. Pero nada más lejos de la realidad.
Prácticamente hay setas todo el año.
Todas las estaciones del año son
buenas para la micología. Desde el mes de marzo y a veces desde febrero resulta
curioso buscar una pequeña peziza que vive en las ramas secas de las endrinas. A la vez. en las montañas
silíceas y bajo los abetos, se encontrará el Higróhforo de marzo. Es la primera
seta comestible del año.
En el mes de abril son las morchelas, que se buscarán sobre todo
en las riberas, en los aluviones arenosos, en los huertos bajo los manzanos o
en los campos de tubérculos y alcachofas.
A finales de abril es la fiesta de los muserones de primavera, el Calocybe gambosa o
Tricholoma de San Jorge.
En los linderos de los bosques,
en terrenos calcáreos es donde tendrá la
suerte de descubrir círculos desconocidos para la gente.
Frecuentemente hay un agujero
ente mayo y junio, pero es a mitad de
junio cuando, si la primavera acompaña, podrá encontrar los Boletus Pinícolas,
una seta extraordinaria y a menudo enorme no sólo por su consistencia perfecta sino también por su
sabor.
El mes de agosto es caprichoso.
Si es muy cálido y seco será estéril. Pero si resulta húmedo será el mes ideal
para las amanitas, Amanita spissa y Amanita rubescens, y para todas las rússulas.
Septiembre, es el mes de las setas, de las clavarias, las tricolomas, la oronja, y si el tiempo se presta continuarán hasta finales de octubre y más allá si no hiela pronto. En octubre aparecen las lepiotas, las psaliotas, los clitocybes nebulosas, los “pie violetas”, los higróforos del bosque.
Pero no se puede hablar sólo de
las comestibles; es también el momento en el que todas las especies posibles se
muestran con profusión.
El principio del invierno tiene
también sus especies. Los pleurotos, la Colibia de pie afieltrado, el pie azul y el mismo
pie violeta desafían los fríos y las bajas temperaturas.
Y hasta que llegue marzo ¿Qué?. Pues durante el invierno es posible recolectar sobre los árboles diversos políporos y es el momento propicio para estudiar todos los ejemplares que hemos secado en verano para un examen más amplio.