Los hongos
fueron incluidos por Linneo (1753) en el reino vegetal y por tradición así han
sido considerados durante muchos años. Pero desde Whittaker (1.969) los hongos hemos de
encuadrarlos en un mundo aparte. A caballo entre el Reino Animal y el Reino
Vegetal, ya que de ambos comparten características. Hoy los agrupamos en el
Reino Fungi o reino de los hongos, pues no poseen clorofila y por lo tanto son
heterótrofos, pero contienen quitina que es una sustancia típica de ciertos
animales.
Usamos indistintamente la palabra
seta y hongo, teniendo en cuenta que nos referimos a la parte reproductora, a
la parte que interesa al aficionado, a la que también se conoce como carpóforo.
Si nos permitimos una ligera comparación con los frutales, podríamos decir que
el hongo es el árbol y la seta el fruto.
La seta es la estructura que
alberga las esporas, mediante las cuales se reproducen los hongos. Cuando las
esporas alcanzan la madurez, se liberan y se diseminan.. Cuando caen en un
lugar que reúne las condiciones adecuadas se inicia el complejo proceso de la
reproducción.
Cuando se dan las condiciones adecuadas,
las esporas germinan, desarrollando un filamento o hifa que va creciendo y
ramificándose, formando el micelio primario. Al juntarse dos micelios
primarios, se forma el micelio secundario que dará lugar al verdadero hongo. En
condiciones adecuadas de humedad y temperatura se forman unos abultamientos que
al desarrollarse producen el carpófora, es la seta en sí.
Todos
los hongos que producen carpóforos, en cualesquiera de sus expresiones, los
micólogos los denominan macrohongos, pero popularmente son conocidos como
setas. Los carpóforos son la parte visible de los hongos, es lo que llamamos
seta. Su función es la de producir esporas sexuales.
Los
hongos necesitan producir una enorme cantidad de esporas. Son tan numerosas en
la mayoría de las setas, que producen un
polvillo blanco fácilmente de apreciar a simple vista, bastará con observar un Licoperdón
Perlatum (perdo de lobo) cuando lanza sus esporas.
Una
de las particularidades más llamativas de los hongos es la velocidad con la que
se desarrollan y crecen. Algunos coprinos nacen en una o dos horas y no duran
mucho más, y otras muchas variedades son capaces de desarrollarse en una sola
noche. También hay setas que viven varios años, como algunos políporos que en
ocasiones alcanzan tamaños bastante respetables.
Según
sus modos de vida, los hongos pueden se simbióticos, parásitos o saprófitos.